En Ceuta, entre la muralla merinida y el arroyo Fez, surgió un pequeño caserío a partir de la segunda década del siglo XX.
Dicen los historiadores que esa muralla de tapial fue contruida, por el sultán Abú Said en el año 1328, para cerrar un recinto llamado Afrag, en el campo exterior de la ciudad meriní, donde tropas y caravanas comerciales quedaban a salvo de ataques hostiles.
Afrag es una palabra de origen berebér que significa “lugar cercado”. De ella derivó el vocablo alfaráq en el hispanoárabe, y finalmente la voz castellana alfaneque, que hoy día se sigue usando en Cuba...
Así comienzan las Crónicas de Villajovita,
un libro que recopila parte de la memoria común
de los niños y niñas que corrían por las calles
del viejo barrio en la década de los años 60 del siglo XX...